Las escuelas normales tuvieron un papel protagónico en la historia del sistema educacional chileno. Desde 1842 –cuando se fundó la Escuela Normal de Preceptores– y hasta 1974, fueron el centro gravitacional de la educación primaria, puesto que allí se prepararon los maestros y maestras de las escuelas fiscales del país. Sujetos a un particular modelo de formación –que captaba a los estudiantes a muy temprana edad y funcionaba en régimen de internado–, los profesores normalistas desarrollaron un sello característico, marcado por el profundo compromiso con la labor educativa. Así, se ganaron un lugar en la memoria colectiva de los chilenos, como símbolos de integridad y sacrificio docente.
Sin embargo, pese a la imagen virtuosa que forjó en sus más de 130 años de trayectoria, el sistema normalista adolecía de problemas estructurales que, a lo largo del siglo XX, se volvieron cada vez más evidentes. Las críticas de pedagogos, políticos y otros actores sociales impulsaron, en distintos momentos, oleadas reformadoras que abarcaron desde proyectos de transformación de las escuelas normales hasta propuestas de cierre.
Últimos intentos de modernización
Uno de los principales episodios de cambio se dio en el contexto del intervencionismo que Estados Unidos ejerció en los países del Cono Sur a principios de la década de 1960. La educación chilena atravesaba entonces una profunda crisis, que se intentó solucionar mediante la puesta en marcha del Planeamiento Integral de la Educación Chilena, estrategia inserta dentro del programa de ayuda económica y social para América Latina desarrollado por el presidente estadounidense J. F. Kennedy, denominado «Alianza para el Progreso».
En el caso de las escuelas normales, este proceso significó la aplicación de nuevos planes de estudio en 1964. La nueva estructura permitía a egresados de Humanidades obtener el título de maestro cursando solo tres años de estudios en estas instituciones –una medida que, para algunos, alteró la esencia de la identidad normalista–.
En 1965, durante la presidencia de Eduardo Frei Montalva, se puso en marcha una reforma educacional de gran alcance, que también apuntó a modernizar las escuelas normales, transformándolas en instituciones postsecundarias. A esta se sumaría la implementación de un Programa de Desarrollo de la Enseñanza Normal patrocinado por la Fundación Ford, la Unesco y el Banco Mundial. Sin embargo, su ejecución fue bloqueada por la oposición y el magisterio, bajo un clima político marcadamente antiimperialista.
Tras el fracaso de sucesivos intentos de modernización, el normalismo vivía para 1970 una de sus mayores crisis. El recién asumido gobierno de la Unidad Popular puso nuevamente sobre el tapete la posibilidad de reestructurar la enseñanza normal, en el marco de su proyecto de Escuela Nacional Unificada (ENU). Pero este tampoco se llevaría a cabo: el golpe de Estado lo sepultaría violentamente.
Cierre de las escuelas normales
Luego del golpe de Estado cívico-militar de 1973, la Junta Militar declaró en receso las instituciones educativas, quedando estas sometidas a vigilancia permanente e intenso control por parte de las Fuerzas Armadas.
A diferencia de lo que ocurrió con escuelas, liceos y universidades, donde las clases se reanudaron al cabo de algunas semanas, la suspensión de las actividades en las escuelas normales –que la Junta Militar identificaba como bastiones marxistas– se mantuvo durante todo el resto del año lectivo. Finalmente, en marzo de 1974 se promulgó el Decreto Ley N° 353, que ordenó el cierre definitivo de las escuelas normales. La disposición estableció además un Sistema Nacional de Formación Docente conformado por las universidades del Estado y las particulares reconocidas por este.
A menudo se sostiene que el cierre de las escuelas normales en Chile obedeció únicamente a motivos políticos. Sin embargo, una mirada crítica a las últimas décadas de la enseñanza normal demuestra que su desaparición fue consecuencia de una prolongada crisis, que ningún esfuerzo modernizador logró superar.
Descarga el artículo completo "Escuelas normales en Chile: una mirada a sus últimos intentos de modernización y a su proceso de cierre (1961-1974)", por Camila Pérez Navarro.