Durante la primera mitad del siglo XX se implementaron en algunas escuelas y liceos chilenos diversas iniciativas de educación experimental basadas en el movimiento de renovación pedagógica denominado "escuela nueva". Dicho ideario comenzó a circular en Chile a principios de ese mismo siglo, con planteamientos que resultaron novedosos para el sistema escolar chileno, donde predominaba el dictado y la memorización de contenidos -prácticas propias de la escuela tradicional-.
Las primeras iniciativas experimentales fueron puestas en marcha durante la dictadura de Ibáñez del Campo (1927-1931) luego de un proceso de reforma liderado por representantes de la Asociación General de Profesores -orientada a sentar las bases para una "nueva escuela" que favoreciera el desarrollo integral de niñas y niños-. Posteriormente, sin embargo, en un contexto fuertemente autoritario, Ibáñez echó pie atrás, iniciando una contrarreforma que, sin desechar las ideas de la escuela nueva, determinó aplicarlas de manera acotada.
A partir de 1929 se impulsó la creación de escuelas de experimentación limitada (destinadas a poner en práctica una teoría en particular) y amplia (orientadas a ensayar una combinación de métodos); entre aquellas estuvo la Escuela Experimental de Niñas de Santiago, en la cual se aplicó el Plan Dalton. Sin embargo, el impulso experimental no duró mucho tiempo. Los graves problemas políticos y los efectos de la crisis económica mundial de 1929 restringieron el presupuesto para renovar la educación, lo que significó el cierre de numerosas escuelas experimentales, orientadas a la atención de públicos educativos diversos.
No obstante lo anterior, la creación en 1932 del Liceo Experimental Manuel de Salas constituyó un antecedente para la aplicación de una segunda oleada de experimentación pedagógica. Esta se produjo durante los gobiernos radicales y, al igual que la primera, fue impulsada por el Estado a partir de la creación de diversas iniciativas, entre ellas, la Escuela Experimental de Cultura Popular Pedro Aguirre Cerda, la Escuela Experimental Mixta El Salto, las escuelas-hogares de San Bernardo, Limache y Villa Alemana, la Escuela Especial Juan Antonio Ríos, la Zona Experimental de San Carlos y el Plan de Renovación Gradual de la Enseñanza Secundaria.
El principal objetivo de este último fue formar integralmente a estudiantes secundarios. Comenzó con la fundación de un pequeño número de liceos -entre ellos, el de Experimentación Gabriela Mistral-, para posteriormente ser implementado, probado y modificado en en el resto de los liceos del país. Sin embargo, la falta de recursos económicos, la poca voluntad política y las críticas en torno al carácter privilegiado de los liceos de experimentación influyeron en la suspensión de su aplicación.
Descarga el artículo completo "Iniciativas, prácticas y límites de la experimentación pedagógica en la historia de la educación chilena (1927-1953)", por Camila Pérez.