En 1889 se introdujo la Educación Física como materia obligatoria en las escuelas chilenas. Su objetivo era inculcar en el alumnado hábitos de salud e higiene para disminuir la elevada mortalidad infantil y contribuir al desarrollo económico del país.
En su ejecución se evidenciaron diferencias en los tipos de ejercicios, vestimenta e instrumentos entre hombres y mujeres. Se implementaron instalaciones y la enseñanza de disciplinas deportivas. Otro aspecto fue el desarrollo de las revistas de gimnasia, eventos donde los colegios demostraban sus aprendizajes y avances deportivos a la comunidad.
El Museo de la Educación Gabriela Mistral cuenta con un registro visual de los inicios de esta experiencia.