Usos didácticos de las láminas escolares
Antes de la llegada y masificación de los medios audiovisuales, fueron fundamentalmente las láminas murales las que acercaron a estudiantes a realidades lejanas y distantes.
El alumnado no contaba con textos y materiales individuales de estudio, por lo que el gran formato y disposición de las láminas en la sala de clases permitía que fuesen vistas por varios estudiantes al mismo tiempo.
La colección de láminas murales del Museo de la Educación se agrupa con relación a los contenidos dispuestos en los planes de estudios para la enseñanza primaria, secundaria y escuelas normales. Estas áreas de enseñanza son:
- Alfabetización y enseñanza simultánea de la lecto-escritura
- Enseñanza de las razas
- Botánica, zoología, anatomía humana y animal
- Paisajes geográficos y ocupaciones desarrolladas en cada hábitat
- Acontecimientos, ciudades y hechos de la Historia universal y nacional
- Bellas Artes, Dibujo y Oficios Manuales
- Pasajes bíblicos, etapas de la eucaristía y oraciones de la liturgia católica
La labor del profesorado se facilitó, pues se privilegiaba la observación, y no se discriminaba entre alfabetizados y analfabetos. Su introducción formó parte del proceso de modernización de los métodos de enseñanza a través de los siguientes objetivos:
- Ilustrar los contenidos específicos de cada ramo. Esta recomendación era explícita tanto en programas escolares como en textos de estudio de los profesores.
- Despertar en el estudiantado la imaginación y la observación, a través de la comunicación de animales, plantas, paisajes, ciudades y hechos desconocidos en su entorno cotidiano. Por ejemplo, las láminas de Historia y Geografía mostraban realidades de otros continentes, y lo mismo se hacía en Ciencias con la flora y fauna de otras latitudes.
- Generar habilidades cognitivas más complejas, como comparar, diferenciar, relacionar, jerarquizar o categorizar. Esta complejidad se aprecia en las familias de especies animales y vegetales mostradas en las láminas de Ciencias.
El programa de Instrucción Secundaria de 1893 refleja estas disposiciones, pues recomendaba a los y las docentes:
"Para que se pueda ejercitar la observación ordenada, es menester poner en actividad los sentidos, ofreciendo a los niños objetos naturales o buenas láminas" (Programa de Instrucción Secundaria, 1893: 6).
El mismo programa mencionaba respecto a la enseñanza de la Historia:
"Es útil presentar a los niños láminas murales que representen monumentos, hechos históricos, retratos, obras de arte o de industria que despierten el interés" (Programa de Instrucción Secundaria, 1893: 6).
A las metas de contenido se sumaban los objetivos comunes a toda la educación:
- Fomentar valores y virtudes sociales de ciudadanía y respeto por las instituciones. Al respecto, destacan las láminas de educación cívica que ilustraban los personajes y hechos de la Independencia e historia republicana.
- Generar virtudes individuales como el orden, la disciplina, el trabajo y la obediencia. Las láminas destinadas a la enseñanza del tiempo en la clase de Matemáticas cumplían con este fin.
- Fortalecer hábitos de higiene, corrección y limpieza. En las clases de Castellano, y específicamente en las lecciones de caligrafía, ello se recalcaba.
- Reforzar roles y diferencias de género, evidenciadas fundamentalmente en las láminas destinadas para la enseñanza de la Economía Doméstica y de Religión y Moral.
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- Bibliografía